Asesinato en Prado del Rey y otras historias sórdidas (Carvalho)

Opinión:

Joseph B Macgregor

En Asesinato en Prado del Rey, Montalbán ambienta su historia en el periodo en el cual Calviño era director general de RTVE, concretamente días antes de producirse su cese. Los que tenemos buena memoria aún recordamos las "movidas" que organizó este señor. Pero claro, ¿Quién se acuerda ahora de Calviño? Este tipo de recursos siempre terminan pasando factura y realmente queda como algo puramente coyuntural, que desgraciadamente ahora no tiene mucho sentido, aunque en realidad actualmente siguen pasando las mismas cosas en Televisión. Me ha hecho gracia recordar aquel tiempo en el cual no existían televisiones privadas en nuestro país.

Las alusiones descaradas a personajes de la vida literaria o musical del momento como Federico Luceros (que no es otro que Antonio Gala), Cartagena Sánchez (García Márquez) o Sánchez Bolín (el propio Vázquez Montalbán) resultan bastante más divertidas, sobre todo los dos primeros que no parecen haber cambiado mucho desde entonces. La parodia es acertadísima pero hecha con cariño.

Durante su investigación, Carvalho conoce lo que se dio en llamar "La Movida Madrileña". Este aspecto, está tratado muy superficialmente y parece que tampoco le interesa demasiado el autor, más que como mero recurso para ambientar correctamente la narración. Quiero pensar que "La Movida" - si alguna vez existió - fue algo más que un tipo que se pasa todo el día disfrazado de vampiro.

El autor realiza también una especie de guiño al lector avisado: en los años 80, el director de cine Adolfo Aristarain - como el Ariquastain del relato - dirigió una serie de televisión basada en las novelas de Pepe Carvalho, protagonizadas por Eusebio Poncela. La serie fue un fracaso absoluto. Parece que Montalbán no debió de quedar tampoco demasiado contento con el resultado final. A lo largo del relato va expresando su descontento con sentido del humor, mucha ironía y mala uva. Este aspecto también me ha parecido especialmente conseguido, sobre todo cuando el detective reflexiona con ironía sobre la relación cine y literatura.

La resolución del misterio sin ser nada del otro jueves por lo menos resulta coherente, está bien fundamentada y quizá sea lo mejor con diferencia.

Las otras dos historias al ser más cortas van más al grano y resultan bastante entretenidas.

Gárgolas

Para quien le guste este autor y la saga Carvalho, no tiene escusa para no leerse este librito tan corto, ameno y ligero. Está compuesto por tres relatos. Como siempre con personajes estupendos y con una ambientación perfecta. Disfruté tanto como leyendo una de sus novelas más largas. Y todas las de Carvalho siempre las recomiendo.