Mujeres y Literatura
Mujer y Literatura
"Las mujeres no deberían
aprender a leer ni a escribir, a menos que vayan a ser monjas,
puesto que mucho daño han causado ya tales conocimientos."
Aunque esta joya de la oratoria la escribió el moralista
Felipe de Novara y se quedó tan tranquilo, muchos
otros hombres importantes la subscribieron antes y después de él,
aunque, en honor a la verdad, hay que decir que también hubo otros,
los menos, que apoyaron firmemente el derecho de la mujer a la
enseñanza. De todos modos, el uso habitual dependía de las clases
sociales. Las familias ricas educaban a sus hijas en las letras, el
latín, la música y los bordados. Las clase burguesa además de lo
relativo a la costura, también les enseñaban algo de letras y
números, lo suficiente para llevar la casa y no dejarse engañar. En
las clases campesinas y artesanales las niñas aprendían de sus
madres a trabajar desde la salida del sol hasta su puesta.
Únicamente las religiosas se salvaban de la práctica común y se ha
llegado a asegurar que muchas mujeres prefirieron encerrarse en un
convento para poder aprender lo que les era vetado como esposas y
madres, para poder estudiar filosofía, teología, historia, ciencias
naturales, leer y escribir
- aunque aquí también había clases porque no todas las monjas
gozaban del mismo status dentro del convento.
Oigo decir, a veces, que la literatura 'femenina' está de moda,
que ahora las mujeres escriben, y sonrío. Safo,
nacida en Mitilene, en la isla de Lesbos, la más grande poetisa
griega de todos los tiempos vivió en el siglo VI a.C. y creó una
escuela en la que las jóvenes aprendían música, mística y poesía
antes de su matrimonio y gozó de un respeto y aprecio
extraordinarios. Esta Safo ha sido reiteradamente confundida con
una cortesana de igual nombre, nacida en Eresos, también en la isla
de Lesbos, a la que se le atribuyen los escándalos achacados a la
poetisa.
Además de otras poetisas griegas y romanas, existen autoras como
Hugeburca que en el siglo VIII escribió unas vidas
de santos o Dhouda que en el siglo IX
escribió un manual de setenta y tres capítulos de consejos morales
y religiosos para su hijo. En el XI, Murasaki, una viuda entregada
por su padre como concubina a un emperador japonés, escribió la
primera novela que se conoce en el mundo, 'El cuento de
Genji'. El idioma oficial de la corte nipona en
aquella época era el chino y las mujeres tenían prohibido
utilizarlo. Murasaki escribió en japonés y su novela aún se lee. En
el siglo XII, Hildegarda de Bingen, hija de un
conde alemán que la entregó a la Iglesia a los siete años, fue
emparedada durante varios años junto a una anciana beata,
sobrevivió y fundó varios monasterios. Además de consejera de reyes
y papas, introdujo la polifonía en los cantos religiosos y compuso
la primera ópera que se conoce; dejó manuales de medicina,
farmacología, historia natural y teología y escribió poesías,
biografías y autos sacramentales, es decir teatro. Marie de
Francia fue autora de fábulas y sonetos en el siglo XII.
En la Italia a finales del siglo XIV, Cristina de
Pizan escribió, entre otras muchas, una preciosa obra
titulada 'La Ciudad de las Damas' en la que defiende el derecho de
la mujer a la educación y a la igualdad de oportunidades. Nada
nuevo puede añadirse a lo ya escrito sobre Teresa de
Ávila inigualable escritora mística que vivió en el siglo
XVI. También en ese siglo Mira Bai, poetisa india,
fue procesada por desafiar las reglas sociales y Margarita
de Navarra dejó escrito, entre otras obras, su delicioso
'Heptameron'.
La voz escrita con letra de mujer está presente a lo largo de la
historia de la literatura, aunque haya quedado relegada al estudio
de investigadores y expertos. La lista es larga y rica en todas las
latitudes, en todos los países, en todas las lenguas, hasta llegar
a la explosión del siglo XX, pero merece la pena recordar a
aquéllas mujeres que, alejadas del aprendizaje de las letras, de
las Universidades y de los centros del saber, fueron capaces de
plasmar sus ideas y sentimientos en palabras que todavía asombran
por su belleza y su contenido.
"Me gustaría que mi caballero
yaciera
desnudo entre mis brazos al caer la
noche,
que se extasiara
cuando yo recostara su cabeza contra
mi pecho
Hermoso amigo, encantador y
bueno,
¿Cuándo podré tenerte en mi
poder
y tenderme junto a ti durante una
hora
y darte besos de amor?
Sabes que daría casi cualquier
cosa
por tenerte en el lugar de mi
marido,
pero sólo si tu juras
hacer todo lo que yo
quiera"
Estos versos los escribió Beatriz de Díaz, en el
siglo XII, hace más de 800 años, ¡que se dice pronto!
No hay modas, sino posibilidades. No es que ahora haya más
escritoras que antes, sino que ahora, al igual que en otras
actividades profesionales y artísticas, las mujeres escriben y se
les lee.
Comentario de los lectores:
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