Armarios y barricadas

Opinión:

Una de las primeras cosas que llaman la atención en esta novela escrita por Adrià Aguacil, es la imagen de la cubierta. Es preciosa y de las que hacen que el libro entre por los ojos. Pero su novela no se queda en una mera cubierta bonita, el interior es también muy bueno. "Armarios y barricadas" es una obra que todos deberían leer.

No es una mera novela LGTBI. Hay mucha reivindicación en ella. Una reivindicación que viene de la mano de uno de los personajes que más me han impactado, Román, es secundario, pero tiene mucho peso. Él es el tío de Óscar. Un luchador por los derechos LGTBI desde los años 70, curtido en manifestaciones, cargas policiales y pancartas. Él le habla a su sobrino de estos días de lucha, de todo lo que tuvieron que hacer por ganarse su derecho y de cómo ahora se ha de mantener este espíritu porque, aunque estemos en el siglo XXI, muchas cosas no han cambiado. Esto lo vivirá Óscar en primera persona. El tío Román es el que mejor entiende a su sobrino. Es un personaje que cala en el lector. Cada uno de sus diálogos hacen reflexionar y generar debate.

Los dos personajes principales, Óscar y Fabre, también son interesantes, pero para mí, no tienen esa fuerza que tiene el de Román. Óscar, al principio, juega al despiste con el lector. Le cuesta o se niega a aceptarse plenamente como es. Tan solo es capaz de ser sincero con Laura, su ex novia. Quizá por eso, para que no le marginen, se comporta casi como un matón junto a sus amigos. Francamente, este comportamiento es lo que menos me ha gustado del personaje de Óscar. Es su lado oscuro. Por el contrario, es una persona que ama leer y sus gustos son clásicos.

Fabre es el otro personaje principal. Amigo de Óscar. Como él, también es gay y tiene aún un poco más difícil mostrarse tal cual es debido a que juega al fútbol. Él representa lo mal que lo pasan los jugadores gais de muchos equipos deportivos.

Adrià Aguacil trata temas reivindicativos en su novela. Es una historia combativa.  "Armarios y barricadas" es una lectura perfecta para debatir en clase. Está dirigida a un público lector a partir de unos 13 años.

Me ha gustado mucho la forma de escribir de su autor. Es una novela ágil de leer, pero de las que te obligan, al mismo tiempo, a ir tomando notas. Hay diálogos muy buenos en ella, llenos de denuncia y críticas a una sociedad que aún se muestra hipócrita y reacia. Él no es un autor que se frene. Este mensaje que transmite su novela es lo más destacado. Es un escritor que sabe cómo dirigirse al lector, implicarle desde el principio, un escritor que busca una reacción en sus lectores, que no se conforma con que estos vayan pasando páginas y nada más. No. Él busca un diálogo.

Es una lectura que recomiendo mucho. Me ha parecido extraordinaria.

Ysabel M.