arenas movedizas
Título: arenas movedizas
Título Original: (quicksand (manji) 1931)
Autor: Junichiro Tanizaki
Editorial:
Siruela
Copyright:
© Junichirô Tanizaki, 2011
© Ediciones Siruela, 2011
Traducción de Carlos Manzano
1ª Edición, Noviembre 2011
Etiquetas: japoneses romance amor erótica mayores de 18 años erotismo Japón literatura japonesa novela romántica sociedad japonesa
Argumento:
La viuda Kakiuchi relata los pormenores del desgraciado triángulo
amoroso en el que se vio envuelta siendo joven, junto con su marido
y la modelo que posaba para sus cuadros.
La señora Kakiuchi, una mujer culta de Osaka, quedó viuda siendo
joven, pero su historia resulta inquietantemente reñida con su
apariencia. Se trata de una historia de amor obsesivo y engaño, de
maldad deliberada. Su tema principal es la humillación y su
víctima, su afable esposo. El centro lo ocupa -seductora,
manipuladora, esclavizadora- la hermosa y corruptora estudiante de
Bellas Artes Mitsuko, uno de los personajes femeninos más
extraordinarios de Tanizaki.
(2 párrafo: argumento parcial de la editorial)
Opinión:
La literatura japonesa se caracteriza generalmente por ser muy
sutil y delicada, y en "Arenas movedizas"
encontramos perfectamente esas características en la narración. A
pesar de tratarse de una novela de enredos amorosos que en
ocasiones relata escenas de alto contenido erótico, éstas se narran
mediante la sutileza y jamás se cae en la trampa de la morbosidad:
sólo por esto, debemos aplaudir a Tanizaki.
En cuanto a la trama, que se complica hasta alcanzar límites
insospechados, lo cierto es que engancha desde el principio. La
protagonista es una señora (ya viuda cuando relata su historia) que
vive acomodada junto a su marido y entretiene sus ratos de ocio
acudiendo a una escuela de pintura para perfeccionar su técnica.
Algo ocurre cuando retrata a una modelo a lo largo de varias
sesiones: la hechiza y actúa como un revulsivo que la incita sin
esfuerzo a revolverse en su jaula e intentar salir por una puerta
que parece infranqueable pero que se mantenía abierta desde el
principio.
Comienza así una extraña relación lésbica enfermiza y dañina para
ambas partes que, además, tiene todos los tintes de ser falsa. El
hecho de denominarse mutuamente hermanas es uno de los detalles
principales que demuestra que algo realmente fanganoso y maligno se
interpone entre ambas: lejos de reconocer lo enfermizo de su
relación, la nombran de esa forma absurda, mintiendo y mintiéndose
a sí mismas, para intentar aportarle matices de normalidad. A pesar
de encapricharse la una de la otra, mantienen sus parejas
masculinas: sólo quieren sentirse deseadas por unos ojos femeninos
pero en ningún momento sienten la necesidad de complacer a la otra
parte. La trama es muy extraña y se oscurece hasta alcanzar la
demencia: Tanizaki siempre tiene preparada una vuelta de tuerca más
cuando el lector piensa que es imposible ir más allá. Así, el autor
nos muestra que la mente humana no tiene límites, sobre todo cuando
se trata de temas como la posesión, la humillación y el placer de
poder hacer daño a otros.
Lo que comienza siendo un triángulo amoroso más o menos tópico, con
su carga habitual de engaños, se complica al aparecer cada vez más
factores que lo hacen insostenible. Línea a línea los personajes
van adquiriendo progresivamente matices que los hacen aún más
complejos y brillantes, y ahí es donde reside la maestría de
Tanizaki: poco a poco ahonda en la mente de sus personajes mientras
retuerce la trama hasta que consigue extraer lo peor de cada
uno.
Mar López
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