Arde Villa Elvira

Opinión:

"Arde Villa Elvira" es una novela de Jordi Catalán que ha sido publicada por Letrame Editorial y que me ha llegado por intermediación de Bibiana Ripol Comunicación, aspecto este que es el que me ha decidido para leer la novela, pues sus propuestas acostumbran ser interesantes.

Así ha sido, pues se trata de un thriller que, por momentos llega a ser angustioso, con una historia que se mueve en dos tiempos, cercanos por las fechas y en circunstancias totalmente diferentes.

Por una parte, están los días anteriores al incendio, con las relaciones que se establecen entre los nuevos moradores de Villa Elvira, Daniel, uno de los hijos del antiguo dueño con su familia, y los empleados, un matrimonio que vive allí también, con el añadido de que en el testamento de quien fue el dueño, muerto de cáncer unos años atrás, les concedió el derecho a permanecer todo el tiempo que ellos quieran.

Por otra, ya en tiempo presente y posterior al incendio, las complicadas circunstancias vitales de Enrique, que vivió en Villa Elvira mientras estuvo casado con Martina, hija del dueño, pero que apareció un día asesinada, siendo él mismo el principal sospechoso, que incluso llegó a estar en prisión preventiva hasta que tuvo que ser liberado ante la total ausencia de pruebas, aunque igualmente, a raíz de haber estado en la cárcel y las acusaciones recibidas por las personas cercanas y los medios de comunicación, ha perdido la patria potestad de su hija Alma, que hasta antes del incendio vivía con la familia de Daniel en la casa.

Ambas historias van avanzando, sin que se crucen, pues de una ya sabemos el trágico desenlace, aunque ahora estará presente el ambiente complicado que se había formado, hasta que llegue el desastre. La otra estará centrada en Enrique, el padre de Alma, que está obsesionado por recuperar la patria potestad de su hija, pero que, a su vez, tiene zonas oscuras en su vida, por lo que tampoco estará tan tranquilo mientras se produce la investigación sobre el incendio.

La narración tiene un ritmo frenético desde el principio, con muy pocos momentos de tranquilidad, que parecen insertados a propósito para relajar un tanto la lectura, hasta llegar a un desenlace que cierra la historia de manera correcta y coherente con lo que se ha ido conociendo. No obstante, hay un epílogo añadido que estropea la sensación positiva que me ha dado el desenlace, como si hubiera un propósito de continuar la historia, pero que en mi opinión está totalmente de más y debería haberse eliminado.

Selin