Antología poética

Opinión:

No es una antología cronológica, ni temática, ni equitativa. Es una antología casi podríamos decir personal. Y es que, como el propio Julio Cortázar confiesa en la nota preliminar de la obra, tuvo que apartarse de Salinas y sustituirlo por sí mismo a la hora de seleccionar los poemas que forman parte de esta antología. Por eso, advierte, alguien echará en falta poemas de las últimas de obras de Pedro Salinas. Y por esto, también, el predominio de la poesía amorosa es absoluto. Porque es la que se queda prendida a la memoria, justifica, pero también porque constituye la cima creativa de Salinas y forma parte de la mejor poesía de amor de la Historia de la Literatura española.

Por todos estos motivos, el reparto de poemas dentro de la antología no es equitativo. No hay el mismo número de composiciones por obra editada ni un intento por recopilar todos los temas que podemos encontrar en la producción de Salinas. El amor lo inunda todo, ese amor capaz de transformar, de eliminar lo superfluo y dejarnos con la esencia pura del ser, aunque también cante a la angustia de la separación o del fin del amor.

Junto a la preponderancia del sentimiento en los poemas seleccionados, también encontramos en varias de las composiciones ejemplos de cotidianidad, pinceladas de la vida urbana, esbozos de la América que Salinas descubrió, la presencia del mar, de lo desconocido, de lo inexpugnable, el cine o la cultura contemporánea.

Si el reparto de poemas seleccionados no es equitativo, tampoco es cronológico. El propio Cortázar explica que quiso dejar a un lado el orden compositivo o de publicación para centrarse en captar y mostrar las relaciones internas entre los propios poemas. Reúne, así, obras por "afinidades, ritmos y contactos", urdiendo una red de creaciones en las que unas van de la mano de otras, mostrando un camino tan bello como seguro.

Un camino en el que quedan varias cosas claras: el magisterio de Salinas para la poesía amorosa, su capacidad para producir textos diferentes (poemas dialogados, narrativos, descriptivos…) y su inconmensurable preocupación por el lenguaje, tanto en cuanto a su propia expresión poética, a su voz como creador literario, como a la capacidad del hombre para nombrar y dar sentido a lo que le rodea, haciéndolo suyo. Un buen ejemplo, por tanto, de la riquísima trayectoria de Salinas y de la calidad de su poesía. 
  
Lidia Casado