Amar (o como se llame)

Opinión:

El Premio de relatos «Amar (o como se llame)» es una convocatoria para escritores noveles de la Editorial SM, que se inició con el objetivo de dar forma a un libro que recopilase las mejores historias de amor.

Este concurso recibió más de 1.000 relatos originales de distintos autores que querían mostrarnos su punto de vista sobre el amor y las relaciones.

Cada relato es diferente al anterior y, como en toda antología, habrá algunos que gusten más que otros, pero, sin duda, todos merecen estar aquí.

El primero de ellos es Pendiente de un hilo, de Gabriela Portillo, donde nos narra el origen del amor de manos de las tres moiras del destino.

Continúa con Se busca, de Paula Cubero, con un anuncio de búsqueda de pareja fuera de lo común, donde la perfección queda relegada a un segundo plano dando mayor énfasis a aquello que nos hace únicos e imperfectamente perfectos para otra persona.

Le sigue Trepadoras, de Irene Gijón, donde los últimos humanos sobreviven en la última secuoya del planeta, que quedó arrasado por la excesiva contaminación y acabó con la naturaleza y los seres vivos.

El cuarto relato es No sé, dieciocho, de Julen Azcona, que nos habla de la importancia de la amistad, de los sueños, de problemas familiares y de la soledad.

El siguiente es De los sueños y el mar, de Gonzalo Sánchez. Ha sido el que más me ha gustado de todos. En él, un solitario joven realiza el mismo ritual todos los días: se sumerge en el mar en busca de algo. La gente cree que es chatarra, pero se trata de llaves. No quiero contar nada más para que podáis disfrutarlo como yo, lo que sí diré es que es una historia muy bonita de amor, desamor y segundas oportunidades.

El sexto relato es Daltonismo emocional, de Esther Martínez, donde nos habla de las meteduras de pata que todos cometemos en ocasiones por malinterpretar las intenciones o sentimientos de otros.

Continúa Caleidoscopio, de Tania Rivero, una historia con un toque de fantasía y otro tipo de amor diferente al romántico, el familiar, y sobre lo egoístas que podemos llegar a ser.

El siguiente relato es Pasatiempos, de Ana Belenguer. Este también me ha gustado mucho. Habla sobre el amor de la nueva era, por llamarlo de alguna manera, ese que nace y crece tras la pantalla y que en alguna ocasión consigue traspasarla.

El noveno relato es Más o menos mágico, de Ignacio Llanes, donde el autor nos muestra un amor que está naciendo en contraposición al dolor de la pérdida del compañero de vida.

El décimo relato, Como dos teteras que sucumben al éxtasis, de Clara Molero, fue el ganador del concurso. Una historia que nos habla del confinamiento, de ese duro proceso por el que todos pasamos recientemente. Un relato que rebosa emociones.

Como extra, ¡Qué importa cómo se llame!, de María Martínez, una historia de amor que más de uno habrá vivido, con malentendidos, cosas no dichas y arrepentimientos que no consigue que los sentimientos desaparezcan por completo, dando pie a una nueva oportunidad.

Todos los relatos vienen acompañados de una ilustración en forma de bordado que refleja la esencia de los mismos. La edición es en tapa dura y la textura de la cubierta parece tela, lo que da la impresión de ser bordados en lugar de ilustraciones. Páginas de diferentes colores separan cada nuevo relato, dando un acabado muy colorido y bonito a la edición.

En definitiva, "Amar (o como se llame)" ha resultado ser una lectura muy entretenida, que además del amor en sí, trata temas como el ecologismo, el amor propio, el paso del tiempo, el amor no correspondido, la pérdida o el amor en tiempos de pandemia, entre otros.

Mónica CZ