Ajuste de cuentas

Opinión:

Escritor nativo del sur, Grisham entiende el racismo de una manera intima. Muchas áreas del sur se aferran a sus arraigadas tradiciones de prejuicio, es parte de la cultura sureña como el té dulce o el bagre frito. Escrita en tres piezas bien diferenciadas, todo el peso recae sobre un mismo protagonista, Pete Banning, un veterano condecorado. John Grisham sabe tejer una trama llevándonos a varios escenarios. Comenzará con un drama familiar sureño de la época de 1940 dentro de lo que era la segregación cultural del sur profundo. Luego nos adentrará en las islas Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial. También estaremos en la sala de justicia de un asesinato y por si esto fuera poco, en el enigma de una paciente en un hospital psiquiátrico. 

En las primeras páginas entraremos de lleno en el misterio del asesinato. Pete se niega a contar los motivos del por qué ha matado a tiros a su amigo el reverendo de la iglesia metodista Dexter Bell. Estamos ante un hombre que se niega ayudar en su defensa y evitar ser condenado. Eso ya nos parecerá bastante raro y más en un estado con la condena de muerte. 

John Grisham, autor súper conocido por sus novelas judiciales, pondrá toda su experiencia en lo que es el tema judicial, desde el control del jurado, testigos y declaraciones, dejándolo maravillosamente escrito y estructurado. Lo que no esperaremos será un cambio tan brusco de estar en un juicio a remontarnos a la Segunda Guerra Mundial, cuando nuestro protagonista estuvo prisionero de los japoneses en la conocida "La marcha de la muerte de Bataán". Pasaremos del drama legal a la ficción histórica, introduciéndonos en un hecho real histórico, pero en ficción con el protagonista. Prácticamente completara la segunda parte del libro dentro de un escrito largo y descriptivo. 

Todo empieza después de Pearl Harbour. Los japoneses llevaron a ejecución un programa ofensivo expansivo en el sureste asiático llegando amenazar Australia. Entre los sitios atacados estuvo Filipinas, donde estaba de jefe militar estadounidense el general Douglas Mc Arthur, un completo inepto e incompetente militar sólo atento a posar para los fotógrafos, con la vista puesta en una posible carrera política tras el retiro. La cosa es que los soldados estadounidenses en vez de ser evacuados quedaron cercados en la isla de Luzón de las Filipinas y al final se rindieron. Los japoneses los trataron a patadas, torturándolos de forma salvaje, cuando no los decapitaban directamente. Dejando aparte que les caían mal, según el código militar Bushido el que se rinde no merece respeto, así que imaginaros lo que vais a leer, los pelos como puntas.  

Esta parte que resumí es muchísimo más extensa y digna de ser leída para conocer el verdadero horror japonés. No entendí muy bien por qué se escribió. En sí no tiene nada que ver con el crimen, aunque tal vez Grisham intente decirnos que un hombre que sobrevive a esos horrores no puede regresar y ser el mismo de cuando se marchó. 

Tenemos un patriarca condenado que llevaba una granja, comprendiendo la ruina que eso traerá. Las consecuencias de un juicio mediático, las demandas, el dinero que se agota y la granja a punto de perderse. Porque no todo es ir a la cárcel o morir, quedan los daños colaterales que afectan al resto de la familia. 

Una historia dura, dramática, que nos enseñará las consecuencias de guardar secretos. Escuchar la verdad fue engañoso. Donde hay fuego hay humo. La verdad era sólo humo, un indicio de un problema mucho mayor. Podemos llegar a pensar en la pena de muerte, si todos los que maten a alguien se merecen ese castigo. Si acaso no hay verdaderas razones para hacer lo que hicieron.  

Me ha encantado, lo he disfrutado y aprendí bastantes cosas que desconocía. Un buen libro siempre debe hacer ambas cosas.

Violeta Lila