Ahí fuera

Opinión:

El panorama del relato extraño nos sorprende cada vez más seguido con autores de una calidad superlativa, y que se traduzcan muchos de ellos al idioma de Cervantes es algo que hay que festejar. Es el caso de Kate Folk, que ha dado que hablar con su primer libro de cuentos, "Ahí fuera", y que nos trae la editorial catalana "Mutatis mutandis".

Estamos ante una escritora de la literatura de horror corporal y psicológico, que sabe crear ambientes asfixiantes plagados de protagonistas perversos. Cada cuento es un poco una representación de lo que podría pasarnos a nosotros mismos en medio de nuestras monótonas rutinas, al doblar cualquier esquina en cualquier gran urbe de Europa o Estados Unidos. Es decir, son relatos de una potencia abrumadora que van a fondo; es una autora que con este libro ha pasado la prueba de fuego.

A Kate le gusta meter el dedo en la llaga, escarbar y arrancarnos las entrañas en los dieciséis relatos. Vamos a leer aquí escenas de todo tipo, que nos disgustarán, nos emocionarán y sobre todo nos causarán indignación, incomodidad y pavor. Quiero decir que es una autora que no teme meterse en aguas pantanosas si la dinámica de la historia lo requiere. Centrándose en la psicosis de la era actual en que nos toca vivir, sobrecargados de información y pantallas, con enfermedades mentales que aparecen de la noche a la mañana, y una tecnología que se nos escapa de las manos, estos relatos exudan crueldad, obsesión y desesperación. Como en el caso de "El pabellón óseo", en la que se presenta una misteriosa enfermedad que provoca que los huesos de las personas se derritan y se licúen. Una paranoia singular envuelve a los protagonistas, en una narración que se percibe dislocada hasta que un encuentro sexual lo cambia todo. La autora cambia brillantemente el registro para entregar un final perfecto.

De igual manera podemos aproximarnos a "La esposa del vacío", en el que se describe el fin del mundo y la desesperación de la protagonista ante su inminencia, en un cuento más de ciencia ficción. En "La casa húmeda" una tremenda obsesión con el líquido y la humedad lleva al propietario a centrar su libido en una casa antes que en su mujer, desarrollando una parafilia muy perturbadora.

"La riña de pavos" se desarrolla una típica escena familiar del día de Acción de Gracias, solo que detrás de todo hay un perverso ritual que incluye violencia intrafamiliar. Este es uno de los que deja con mal sabor, Folk nos va entregando piezas cada vez más duras y complejas. Lo mismo podríamos decir de "Ahí afuera", que tiene un fuerte mensaje contra los abusos de la tecnología y de las aplicaciones de citas, y del desarrollo de robots que en última instancia reemplacen a los seres humanos hasta en temas tan íntimos como las relaciones de pareja. Este cuento es un  diez redondo.

Como decíamos al principio, y esta es una constante que conocemos bien desde el advenimiento de la tecnología digital, hay una sensación constante de angustia, soledad y depresión en los personajes, que en la mayoría son mujeres. Sentimientos estos causados muchas veces por la alienación que provocan los dispositivos electrónicos a los que se enganchan como a una droga. En "Ojos de cierva" una chica busca sentir emociones fuertes para escapar de su lamentablemente rutina diaria, y acaba por disfrazarse de ciervo y salir a campo abierto, un cuento muy extraño que me ha dejado sentimientos encontrados, y que sin duda me ha gustado mucho.

En "Tu novio el sonámbulo" una mujer debe enfrentar a su novio que, caminando sonámbulo, comienza a traer a la casa objetos cada vez más perturbadores y acaba por convertirse en el peor enemigo de la protagonista. Un final violento y sangriento, muy bueno.

Kate Folk nos trae de nuevo a este plano y nos pone los pies sobre la tierra. Cuentos que brillan y laten y sangran, gemas vibrantes en un mundo oscuro y sofocante, que tienen lugar también para un humor negro espeluznante, y sobre todo, son historias perfectamente narradas, de gran calidad.

Magníficos relatos.

Violeta Lila