44 Poemas para leer con niños

Opinión:

Retazos de poesía de nacionalidad española, colombiana, chilena, argentina, mexicana, peruana, uruguaya, venezolana y cubana. Entre ellos García Lorca, Juan Bonilla, Juan Kruz Igerabide, Alejandra Pizarnik, Gabriela Mistral, Darabuc, Quevedo, José Hierro…

Bien, quizás es importante que empiece recordando que no me gusta la poesía en general, que apenas ha llegado a mi alma una frase de Neruda, que sólo he disfrutado de ella en dos momentos en que he escuchado a alguien leyendo o recitando pequeñas poesías en voz alta, y que sólo me ha gustado un libro de poesía en toda mi vida (que desde luego era todo menos típico: ni amor ni desamor, temas que me aburren soberanamente). También debo decir que me resulta mucho más original, entretenida, curiosa y elaborada la poesía dedicada a los niños.

Dado que no soy una experta en poesía y no reconozco los textos que leo, no puedo asegurarlo, pero diría que el cuidadoso trabajo de selección de Mar Benegas se basa en encontrar textos que lleguen fácilmente a los niños. No obstante la poesía es como es, no siempre es sencilla incluso cuando lo parece, no siempre se entiende bien, y hablamos de niños lectores, o niños con los que leer la poesía. Por suerte tenemos a Mar Benegas aportándonos pequeños comentarios que en ocasiones nos ayudarán.

Me ha sorprendido ver poesías de una línea. Me ha sorprendido que no sólo haya poesías, que Mar Benegas haya incluido pequeños textos propios dirigidos a los niños que disfruten de este libro, donde se requiere su atención y su colaboración a veces, y me ha sorprendido el diseño pues ya sea por ser poesía y buscar originalidad, por ser la editorial así de cuca o por ser cosa de Mar Benegas, el libro no es un conjunto de frases en blanco y negro, con márgenes idénticos y textos bien justificados. Todo lo contrario: hay diseño en su interior. Hay azul y negro, y gris. Hay formas en los párrafos. Y hay algunas imágenes sencillas acompañando algunos finales.

Dije antes que yo no soy amante de la poesía, y este libro tiene un título muy significativo. Recordémoslo: "44 poemas para leer CON niños". Es una buena idea. Sé que yo no lo haré (sí lo he hecho antes, en otras ocasiones, por ejemplo con poesías de Gianni Rodari) porque sé a ciencia cierta a quién le gusta leer poesía en mi casa (a Natacha) y sé que es para ella este libro y que sabrá disfrutarlo más que yo. Y será a ella a quien le pida opinión cuando se lo haya leído.

Me ha hecho gracia el decálogo donde Mar Benegas indica entre sus puntos sobre "Cómo no leer un poema" el comentario "al poema no le gusta el 'no lo entiendo', ¿acaso intentamos entender la inmensidad del mar o los colores de un cielo encendido al atardecer?". Es muy discutible, hasta la poesía debe estar bien hecha, de lo contrario no tiene mérito, pero justamente ella ha hecho poesía en su comentario -más que algunos llamados poetas-, porque a veces la prosa contiene poesía (y esa lírica me gusta más a mí).

Por otro lado no quiero dejar de nombrar algo que me ha gustado: nada más abrir el libro, en las guardas, un aluvión de palabras llega hasta nuestros ojos. Son las mismas cuatro palabras escritas una y otra vez, una y otra vez… "La poesía no muerde". Y en las guardas finales, "Manténgase al alcance de los niños". Yo, desde luego, voy a seguir su consejo. Que a mí no me llegue la poesía no significa que mis hijos no deban disfrutarla (y tampoco será éste el único libro de poesía que les haya regalado) 

Anika Lillo