Linda, como en el asesinato de Linda. Evert Bäckström 1

Opinión:

Cuando uno comienza a leer "Linda" piensa que se encontrará con una novela policíaca nórdica más y estará expectante en busca de aquellos elementos que la puedan hacer diferente del resto o que puedan llamar más la atención por su peculiaridad.

Sin embargo, en pocas páginas nos damos cuenta de las diferencias son bastantes notables y evidentes, empezando, ya, por el propio protagonista.

Evert Bäckström no es el policia arquetípico al que nos tienen acostumbrados los escritores nórdicos. Antes de llegar a conocerlo en profundidad hasta podríamos establecer comparaciones con otros policías más conocidos como Wallander del autor Henning Mankell o Harry Hole de Jo Nesbo; pero pronto descubriremos las grandes diferencias, ya que con Wallander sólo llega a compartir su físico y con Hole su aficción a la bebida.

Bäckström es un antihéroe que puede llegar a caer antipático por sus pensamientos o sus actitudes para con sus colegas. Y digo bien: por sus pensamientos, ya que en todas las conversaciones que mantiene siempre acaba añadiendo pensamientos e ideas descalificativas y peyorativas sobre las personas con las que habla. A todo esto hay que añadir que se trata de una persona machista, sexista, racista y homófobo. Y no es todo, sino que es un inspector capaz de aprovecharse de los recursos económicos de que dispone su departamento para sus propios fines, ajenos a la propia investigación y se considera uno de los mejores investigadores que existen.

El autor consigue crear, de esta forma, un personaje completamente humano que nos hará recordar a alguien en concreto, porque seguro que a lo largo de nuestra vida nos hemos encontrado con alguien parecido.

Una vez que Persson nos presenta los hechos y quién se hará cargo de ellos, ya será imposible dejar la historia de lado, ya que la duda sobre cómo tal personaje llevará a buen puerto la investigación nos corroerá página tras página.

Entre líneas podemos entrever una ligera crítica a los medios de comunicación, que aprovechan cualquier noticia escabrosa para sacar punta y aumentar sus índices de audiencia o de lectores.

El autor combina de una manera magistral el humor negro con el realismo sucio a lo largo de las más de quinientas páginas de las que consta la novela. Una historia que no dejará a nadie indiferente y que trata temas bastante candentes.

Este es el primer volumen de una serie que consta de seis, por lo que aún nos queda tiempo para averiguar si Bäckström se corrige por sí mismo o bien lo corrige la administración policial.

Mila L. Castelo