Cuando estás en el baile, bailas

Opinión:

Hay un algo de "El sastre de Panamá" en esta novela densa y con muchas lecturas que ha ganado el XVI Premio de Novela Negra que concede anualmente el Ayuntamiento de Getafe. Pero no solo de "El sastre de Panamá", también de "Casablanca", de "El halcón maltés"... porque "Si estás en el baile, bailas" se mueve entre los decorados y escenarios de las grandes obras clásicas del género negro.

Galgo Cabanas, pseudónimo de Mario de los Santos y Óscar Sipán, ha escrito una novela negra con un ambiente claustrofóbico como pocos, en donde el lector se sentirá a oscuras, tanteando las paredes en busca de una salida. En parte, el ambiente cerrado se ha conseguido gracias a ocultarle información sobre la ciudad en donde ocurren los hechos y en esencia, sobre cuáles son en realidad esos hechos que se suceden.

Nos encontramos en una urbe dirigida por los caciques que tienen el poder económico y político viviendo en la abundancia, mientras que la gran mayoría de la población logra subsistir con las migajas y los sueldos bajos de las fábricas en donde trabajan. Al mismo tiempo asistimos a una revolución soterrada que va avanzando a medida que progresa la historia. Sin embargo, los datos no son claros, actúan como un verdadero marco, como el fondo para la historia que verdaderamente les interesa contar a los autores: la vida del sastre Carlo Montelongo.

"Cuando estás en el baile, bailas" es una obra que no llega a las 200 páginas y, sin embargo, es densa, muy profunda, con dobles y triples lecturas que invitan al lector a reflexionar sobre la importancia del dinero, de los ideales, de la lucha por sobrevivir... si quiere; porque, si no lo desea, únicamente puede leer un buen libro.

Como cualquier novela del género negro que se precie, cuenta con muchas imágenes potentes, duras, de aristas vivas, tan vivas que el lector puede sentirse herido pero que, si ninguna duda, podrá ver en su cerebro como si estuviera asistiendo a una sesión de cine. Igualmente, la novela es prolija en frases elegantes, bellas, que elevan el tono de la narración. A mi juicio en demasía, con algunas menos habría bastado: "Marina me compraba tiempo, aunque yo no supiese dónde guardarlo". Ya casi al final de la novela, una frase me ha dejado casi, casi, sin palabras: "En realidad -dice el protagonista-, mi casa la he encontrado en el cuello de algunas mujeres, con el rostro y el sueño hundidos en él, en los silencios y licores compartidos con algunos hombres y en las miradas de algunos animales. Más allá de eso, siempre existió el páramo".

Si bien el personaje protagonista, el sastre Carlo está perfectamente definido, donde la magia alcanza la novela es en los personajes femeninos, en la amante Martina o en la costurera Sera. Martina es una jovencita de fuertes ideales comunistas y de buena familia que lo ha tenido todo y todo lo ha despreciado. Es la juventud loca que enloquece lo que le rodea, como ha enloquecido de amor a Carlo. No creo que llegue a ser una mujer fatal, como la han definido otros críticos, pero sí es un personaje memorable.

Sera, por su parte, es una mujer que parece tener más edad, es más centrada, ha pasado sus buenos y malos momentos en la vida y parece carecer de pasado. Es discreta, trabajadora y seria, pero también oculta algo.

Lo interesante de "Cuando estás en el baile, bailas" es que todos los personajes parecen lo que no son y son otra cosa que los autores han sabido engarzar perfectamente en la trama de la novela. Es Carlo Montelongo, el sastre que a todos alberga en su sastrería y el nexo en común entre todos el que, sin embargo, se descubre como un mero espectador de la historia que, sin embargo, mira para otro lado mientras todo sucede. En su negocio acontece todo, pero él no se percata de nada hasta que ya es demasiado tarde y tiene que tomar una decisión. Decisión que al final, la propia vida le escamoteará. Es el protagonista-antiprotagonista. Nunca he visto un "héroe" con menos heroicidad y que, sin embargo, consiga mantener sobre su espalda el peso de una novela tan profunda como esta.

El jurado que premió "Cuando estás en el baile, bailas" contó con la presencia de escritores de la talla de Fernando Marías y de Lorenzo Silva. No se han equivocado en su decisión, la obra de Galgo Cabanas se merecía el premio. Mi enhorabuena para los autores.

Gemma Nieto