Pídeme lo que quieras

Opinión:

Dentro de la lujosa discreción a la que nos han acostumbrado las portadas de las publicaciones dentro de la moda actual en literatura erótica, "Pídeme lo que quieras" al menos destaca al apartarse con un motivo floral de la tónica general. Aunque eso le ha llevado a incluir la muletilla "No apto para menores de 18 años", lo que me ha parecido, más que una declaración sobre su contenido, un detalle promocional para atraer la atención.

Ahora bien, en cuanto a los perfiles básicos habituales tales como un protagonista masculino muy bien situado y una protagonista femenina trabajadora, veremos que sí están presentes. Como también que el desarrollo de la trama se haga en primera persona, lo que otorga una buena dosis de dinamismo al ritmo con que se suceden los acontecimientos y ayuda a enganchar a quien lea el libro a nada que se sienta a gusto con la forma de tratar el tema.

Respecto del título, nos lleva directamente a la historia con esa sugerente frase que cumplirá sobradamente las expectativas generadas, tal como podremos comprobar en el interior, donde aparece claramente expuesta su importancia. Incluso así se denomina la serie que, según afirmación de la propia autora, constará solamente de dos títulos en total.

Al escoger unos protagonistas procedentes de culturas diferentes, él alemán y ella española, podríamos pensar que habría conflictos por eso mismo, pero realmente no llega más allá de unos chascarrillos a cuenta del fútbol y referidos a los partidos de la Eurocopa de ese mismo año 2012 en que Megan Maxwell ha escrito su novela.

Aunque a primera vista parezca mostrar la típica relación asimétrica de dominación y sumisión, luego podremos comprobar que la salsa de la historia estará en el intercambio de roles, tanto en el plano físico como psicológico, sobre todo este último. Claro que a ese toma y daca asistiremos desde el punto de vista de ella, que constituye el foco de la acción, con atisbos hacia las reacciones de él, que en ocasiones pueden parecer incomprensibles, dado el desconocimiento de la protagonista sobre aspectos esenciales de su vida pasada.

El lenguaje utilizado por Megan Maxwell es directo y sin adornos, con lo que consigue una buena sensación de frescura en la interacción entre los personajes, a veces un tanto excesiva por las brusquedades que se permiten los personajes. Las descripciones de las situaciones íntimas son prolijas en detalles y se mantienen en todo momento dentro de unos márgenes sensuales, evitando procacidades innecesarias.

Es una novela erótica que destaca sobre todo por la intensidad de la historia entre los protagonistas, hasta el punto de que ha habido momentos en que pensaba adelantarme unas páginas para comprobar la continuación antes de saborear las escenas tórridas.

Selin