Bímini

Opinión:

Alberto Vázquez-Figueroa era uno de mis escritores favoritos en mi adolescencia pero, no sé porqué, dejé de leer sus obras. La lectura de "Bímini" ha significado para mí el reencuentro con un viejo amigo del que hacía tiempo que no tenía noticias, porque un autor al que sigues se acaba convirtiendo en un amigo, en alguien próximo a ti aunque no lo conozcas personalmente. Para ser sincera me daba un poco de miedo leer su última obra, guardo tan buenos recuerdos de sus novelas que temía sentirme defraudada por su nueva publicación a pesar del sugerente resumen editorial, pero no ha sido así, he disfrutado mucho con "Bímini".

El autor relata la historia de dos hombres: Germán Alfaro y Ulises Elcano. Germán es el hijo del dueño de unas minas que siempre se preocupó por el bienestar de sus mineros. Después de su fallecimiento, Germán, a instancias de su madre, se dedica a navegar sin rumbo, disfrutando de su gran pasión: el mar. En sus viajes conoce a Ulises, un joven panameño también enamorado del mar y experto marinero; entre ambos surge una fuerte amistad que se va afianzando a medida que transcurre la narración; pues, aunque sus vidas se desarrollan en diferentes lugares, se mantienen en contacto,

Germán se ve obligado a regresar a su Asturias natal y hacerse cargo de la dirección de las minas de la familia. El autor retrata el problema de la minería del carbón y cómo se está acabando con esta industria. El escritor canario nos ofrece una inteligente y dura crítica de los sistemas políticos y económicos actuales que nos transmite como un grito indignado ante las medidas adoptadas por el gobierno. Además nos ofrece una salida viable y respetuosa con el medio ambiente para solucionar el problema de la minería en nuestro país porque, para aquellos que lo desconozcan, Alberto Vázquez-Figueroa inventó un sistema para desalinizar el agua de mar que, a la vez, genera energía eléctrica y tiene diversas patentes basadas en sus sistema de desalinización por gravedad; todos sus inventos han topado con una fuerte oposición, lo que también se refleja en la novela.

Por su parte Ulises es reclutado por unos agentes de la DEA que le hacen embarcar como tercer oficial en el Bímini, un lujoso transatlántico del que sospechan que se dedica al tráfico de drogas, para que lo investigue. Aquí el autor plantea el peligro que suponen este tipo de inmensos hoteles flotantes y nos propone una nueva forma de construir los barcos. Las propuestas presentadas están documentadas y son plausibles, podrían perfectamente ponerse en práctica.

He encontrado sumamente interesante la forma en que el autor utiliza la ficción para transmitirnos su preocupación por los problemas actuales y sus propuestas tecnológicas respetuosas con el ecosistema y mucho más eficientes que la tecnología en uso.

"Bímini" es una novela comprometida que encierra una dura crítica de nuestra sociedad en un thriller interesante, ameno, sorprendente, fácil de leer y que nos contagia el espíritu guerrero de su autor. 

Jaci Alía Arreche