El aire que respiras
Título: El aire que respiras
Título Original: (El aire que respiras, 2013)
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Editorial:
Planeta
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos
Copyright:
© Care Santos, 2013
© Editorial Planeta, S.A., 2013
© de las capitulares: Dani Cruz, 2013
Edición: 1ª Edición, Febrero 2013ISBN: 9788408035534
Tapa: Dura
Etiquetas: Barcelona libros romanticismo ficción histórica histórica literatura española novela siglo XIX
Nº de páginas: 592
Argumento:
Presente y pasado se unen para dar forma a una historia en la que los libros o la ciudad de Barcelona son tan protagonistas como los personajes de la novela. A raíz de unos viejos papeles heredados, la novelista que habla en primera persona irá dando cuerpo a su obra al mismo tiempo que el lector va leyéndola. Una novela que tiene sus propias voces, la de los personajes que van apareciendo en ella y que van tomando el testigo narrativo para contar la historia de Carlota Guillot, Ángel Brancaleone y su amor por los libros. Los vericuetos de estos relatos personales se unirán a la gran Historia política, ideológica y geográfica de Barcelona y a las aventuras de un grupo de libros singulares dando lugar a esta magna y enriquecedora obra.
Opinión:
Quienes sentimos que los libros son algo más que un mero soporte no podemos evitar que se nos remueva el corazón cuando encontramos un libro que habla de libros. Quienes sentimos atracción por el quehacer del escritor no podemos evitar quedar atrapados entre las páginas de obras en las que ese quehacer queda perfectamente retratado, tanto porque hay un personaje en su interior que habla de ello, como por la tremenda labor de documentación, organización y redacción del material que sustenta tal obra o por las páginas finales en las que la propia autora, en este caso, Care Santos, habla sobre cómo se ha llevado a cabo este trabajo, sobre qué libros ha consultado, dónde los ha encontrado, quién le ha echado una mano en el camino. Quienes cumplimos estos requisitos no podemos evitar disfrutar de libros como este.
Y sin embargo, probablemente, los amantes de las historias limpias, de los argumentos sin florituras y de las tramas que no se andan por las ramas creerán que esta novela tiene demasiadas páginas para la historia que cuenta. Y es que, en realidad, esta novela cuenta tres historias diferentes pero firmemente entretejidas: la historia de los personajes principales, con sus destinos unidos (el implacable y mezquino Néstor Pérez de León, el luchador Ángel Brancaleone, la extraordinaria Carlota Guillot y la escritora/narradora que da cuerpo, desde el presente, a este conglomerado de personajes e historias); la de una ciudad, Barcelona, en unos años turbulentos en los que cambiaría su fisonomía y su idiosincrasia para siempre (los últimos del siglo XVIII y la primera mitad del XIX, época tan convulsa que, como dice uno de los personajes, ni los que la vivieron fueron capaces de comprenderla) y la de los libros, tratados aquí casi como personajes que añadir a la coreografía argumental, capaces de volar libres, esconderse en los momentos difíciles y caer en las manos apropiadas cuando más necesarios son.
Estas tres ramas argumentales (y digo argumentales con conocimiento de causa: ni Barcelona ni la bibliofilia son añadidos contextuales o decorativos, sino que se convierten en parte intrínseca de la trama, en protagonistas de las historias que requieren que el lector pase el tiempo suficiente con ellos) pueblan esta novela de un buen número de referencias temporales, geográficas, políticas, ideológicas…; de decenas personajes (se narran las historias de ramas familiares enteras, de amigos, de secundarios de lujo o de simples actores invitados que tienen relevancia en un momento concreto) y de no menos alusiones a libros, autores, ediciones… El resultado es una novela que, como las sopas con muchos tropezones, alimenta casi sin querer.
Porque pese a que no es una novela ligera (es una obra con mucha enjundia, muy documentada, con muchos datos, muchos personajes y muchas idas y venidas), se lee muy bien. No se devora, pero no permite demorarse ni aburrirse ni perderse en los vericuetos de las historias narradas. Quizá buena parte de la culpa de su amenidad la tenga la polifonía con la que las tramas están narradas. En "El aire que respiras" no hay un narrador, hay muchos: algunos personajes van tomando el testigo, como en una carrera de relevos, ofreciendo al lector una variedad de enfoques, de estilos y de capacidades narrativas que, de otro modo, sería impensable. A las voces de los personajes se unen documentos de todo tipo intercalados en las historias: desde correspondencia personal hasta páginas de diccionarios enciclopédicos que explican la relevancia de algunos de los personajes aludidos (con bastante humor, todo hay que decirlo), pasando por extractos de normativas que afectan a lo narrado, citas o fragmentos de obras literarias.
A toda esta variedad de voces narrativas y tramas argumentales hay que añadir una cuidada y preciosa edición. Comenzando por la portada, continuando por las hermosísimas guardas, siguiendo por las distintas tipografías utilizadas, las bellas capitulares y finalizando por los motivos vegetales (guiño al contenido) que adornan y enriquecen la narración, todo está extremadamente estudiado y trabajado en esta obra.
Esta cuidada edición habla del amor a la literatura tanto como las referencias a libros que son auténticas joyas y la multitud de juegos metaliterarios que incluye: los diferentes tipos de textos que va sumando, las citas, el recurso a la novela dentro de la novela (esa novelista del presente que une en una obra la documentación que va recogiendo a raíz de unos papeles que le ofrece su amiga Virginia, esa novelista que está escribiendo la novela que estamos leyendo a medida que avanzamos por sus páginas, invitándonos a participar en el acto de creación de obra literaria), los fragmentos y esas fabulosas reuniones del grupo de Los Sabios, tan propias del Romanticismo, tan tétricas como maravillosas, tan repletas de fervor literario como de humor.
Care Santos aúna, pues, personajes, historias y voces narrativas con un estilo propio, capaz de transmitir múltiples sentimientos: desde el humor de algunas críticas o ironías hasta el asco extremo por la vileza de uno de los personajes, pasando por la ternura de las cosas sencillas y, por supuesto, el respeto absoluto y el amor más profundo no solo a lo que contienen sino a los propios libros como objeto artístico. Una novela profunda, completa que ofrece aspectos muy diferentes a lectores muy distintos en la que el amor a los libros y a la ciudad de Barcelona se unen en una trama tan llena de sorpresas como la vida misma.
Lidia Casado
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