La boda de Kate

Opinión:

Marta Rivera de la Cruz vuelve a su querida Ribanova en su última novela, una historia mucho menos trágica y dramática que las precedentes. Más bien todo lo contrario. La boda de Kate es una novela amable y llena de optimismo, una historia que apuesta por las personas, por encontrar lo mejor de ellas y de alguna manera que confía en que el tiempo acaba poniendo a cada una en su sitio.

Kate Salomon y Forster Smith son los novios septuagenarios, cuyo largo cortejo de cincuenta años vamos conociendo en la primera parte de la novela. Alrededor de ellos giran el resto de personajes que, como en el resto de novelas de Marta Rivera, no tienen ni mucho menos un papel nada secundario. Las amigas de Kate, Shirley y Anna Livia, son decisivas para intentar mantener a raya al hermano codicioso de la novia, el único "malo" de la historia. Shirley y Anna Livia son dos personajes que ya habían aparecido en otras novelas de la autora, "La vida después" y "La importancia de las cosas" respectivamente. David Smith, el hijo de Forster, es un profesor que se dedica a investigar la biografía de Albert Salomon y acude a la boda de su padre con Kate, más por interés profesional que personal. Un personaje muy peculiar muy bien dibujado que guarda varias sorpresas en su interior. Laura Salomon es tal vez el personaje más entrañable de la novela. Con una misión desagradable (desbaratar la boda de su tía) la joven es absorbida por el entusiasmo de los amigos de Kate y el encanto que los rodea, algo de lo que ella ha carecido toda su vida tras con un matrimonio fracasado y unos padres castradores y egoístas. El editor de Kate, Jeffried Russkin, es otro de los personajes sorpresa, que aparecen como si nada y finalmente acaban teniendo un gran protagonismo, y lo mejor de todo, que acaban enamorando al lector. Ahmed es el personaje exótico, representa la situación de tantos inmigrantes que huyen de sus países con sus familias buscando la estabilidad económica. Un personaje adorable que es decisivo para desentrañar el misterio que rodea los manuscritos póstumos de Albert Salomon.

Y como ya aparece en varias novelas de Marta Rivera de la Cruz que se desarrollan en Ribanova, el entrañable Juan Sebastián Arroyo vuelve a tener un papel preponderante en la historia. En esta ocasión relacionado con Albert Salomon e indirectamente con el escritor Truman Capote, recurso este (introducir en la trama personajes históricos reales) que es marca de la casa de la autora y que confiere a sus novelas este toque especial que las hace tan particulares.

Aunque quizá el personaje principal para mí, sea la ciudad en la que discurre la mayor parte de la novela. Ribanova es el espejo literario de Lugo, su ciudad natal, como ella misma ha reconocido. Visto desde el prisma de sus novelas, aparece como una villa mágica con su plaza, su muralla, su casino, la pastelería, la librería, sus casas señoriales… donde cualquier historia maravillosa puede suceder, y donde cualquiera de sus habitantes puede ser el protagonista de una hermosa aventura.

Escrita con un tono narrativo ágil, La boda de Kate es una comedia dulce (que no pastelosa) llena de humor, amor y amistad. No voy a repetir que Marta Rivera de la Cruz es una narradora prodigiosa porque tras diez novelas y varios ensayos está más que demostrado. Pero sí que me gustaría destacar el "buen rollo" que desprenden todas sus obras, y sobre todo esta última, con la que se disfruta de una historia divertida, encantadora, de esas con las que uno acaba convencido de que todavía se puede creer en las segundas y terceras oportunidades.

Me gustaría destacar que La boda de Kate es la primera novela para la que un diseñador, Jorge Acuña, ha elaborado los bocetos del vestido de novia de la protagonista, así como el vestuario que el resto de personajes llevan en la ceremonia. Para verlos hay que visitar la página web de la novela http://www.labodadekate.com

Luz Bartivas