3336

Opinión:

Años atrás, los lectores le pidieron a Ricargo Gómez que sacase una segunda parte de "3333", un libro con buena acogida entre la crítica y, en especial, entre los más jóvenes (hasta el punto de que hoy en día se usa como libro escolar). El autor siempre respondía que no le gustaban las segundas partes. Sin embargo, el tiempo ha acabado por dulcificar esa negativa: en septiembre de 2021 ha salido a la luz "3336". Tres años después de los eventos en el viaje al pasado de su protagonista Mot, su inquietud por lo desconocido, por ese mismo viaje (silenciado por el gobierno), o por las normas gubernamentales que no parecen tener ningún sentido, le conducen a sumergirse en otra aventura junto a su mejor amiga, Ada. Le instan a cuestionarse su entorno y a preguntarse si hay vida más allá de Nueva Teruel. Esta ciudad está protegida por una cúpula que lo aísla de un mundo desconocido por sus habitantes. Todos estos, con cabezas calvas, viven rodeados de robots, los cuales ocupan gran parte de las profesiones, especialmente las de educación y vigilancia. 

Como es habitual en el autor, su obra está enfocada en el pensamiento y en la reflexión, especialmente a propósito de los derechos humanos. Sin dejar de lado una historia interesante y atractiva, la historia gira mucho en torno a la forma de vivir y de controlar en Nueva Teruel. Plantea muchas dudas sobre ciertas normas, como, por ejemplo, que hasta que uno no cumple diecinueve años no puede comunicarse con POCO, el cerebro que lo sabe todo y que lo controla todo. Este libro invita a preguntarse sobre el futuro del ser humano y sobre la necesidad de la tecnología. Al menos, en gran parte de sus páginas, pues en un momento determinado las abandona para centrarse en la vida de Mot y Eva lejos de sus hogares. Es un tanto ilógico, sin embargo, que todos esos planteamientos acaben difuminándose poco antes del desenlace, el cual se podría haber explotado más para acabar de redondear el sentido a toda esa retahíla de dudas. 

El interés y la emoción de la trama van fluctuando. Tiene momentos apasionantes y tiene momentos de parón, que pueden descentrar al lector/a y cansarle. Su final es algo flojo, casi que forzado, aunque un tanto sorprendente. Es un final precipitado, si se compara con la introducción y el nudo, donde se explaya en descripción, diálogos y reflexiones. De hecho, llega un punto en el que se pierde de vista cualquier objetivo que pueda encaminarse hacia un desenlace, algo prácticamente vital en una historia que deba enganchar y orientar al lector/a.

Abunda la imaginación. De esta, no falta. Ricardo Gómez traslada el lector/a a un mundo futurista alucinante, que recuerda a tantas y tantas ciudades dentro de la ciencia ficción. No se trata de ningún lugar apocalíptico, sino que se enmarca más en un Nosotros de Zamiatin, sin entrar demasiado en la figura del que lo domina todo, si bien se toca pero desde un punto de vista más ingenuo y bondadoso. A decir verdad, aflora cierta carencia de maldad en esta historia. Nueva Teruel, la enemiga, apenas representa esa fuerza que ataca, oprime y ciega a los protagonistas.

Las imágenes, a cargo de David Navarro, ofrecen un punto de apoyo al paisaje de la novela, con imágenes en color que siguen el estilo de dibujo tradicional para la literatura infantil. Es una lástima, quizás, que antes de iniciarse la historia no haya un diccionario con ilustraciones que orienten un poco a la persona que está leyendo. Al tratarse de una segunda parte, desfilan toda una serie de conceptos tecnológicos ya conocidos que no se especifican en este libro en su totalidad, lo que desorienta un tanto. Con ese diccionario hubiesen situado mejor los conceptos, que tampoco son tantos, pero que pueden frustrar al joven lector/a. De todos modos, las imágenes, llenas de riqueza y color, enmarcarán una historia que les adentrará al siempre apasionante mundo de la ciencia ficción.

Ricardo Gómez (1954, Segovia) fue profesor de matemáticas antes de dedicarse plenamente a la literatura, a la que lleva dedicándose desde los años noventa del siglo pasado. Ha publicado infinidad de libros del mundo de la literatura infantil y juvenil, con una marcada crítica hacia la explotación de los derechos humanos. Ha ganado premios como el Premio Juan Rulfo-Unión Latina (1996), el Premio Ignacio Aldecoa de Cuento (1997 y 1998); Premio Alandar de Literatura Juvenil (2003), o el Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor (2006).

David Navarro Arenas (Sabadell, 1989) se ha dedicado desde bien pequeño a la pintura y el dibujo. Se formó en la popular Escola Joso, dentro del programa Art Gràfic. Es el cuarto libro que ilustra para la editorial SM, entre los cuales figura 3333.

Este libro está recomendado a partir de 11 años.

Cristià Serrano