¡Sé un árbol!

Opinión:

Casi podría decir que este álbum ilustrado es un alegato ecologista, pero no lo voy a decir porque leído así puede parecer que es algo que nos quieren meter a la fuerza, que intentan convencernos de algo, por lo que no va ser ese mi enfoque.

Comparando a los seres humanos individualmente con un árbol y a la humanidad con un bosque, el libro va desgranando página a página, ilustración a ilustración, el cuerpo humano con la estructura de un árbol. Y, aunque le vas pillando el sentido, y la cosa va cuadrando, debo decir que alguna similitud ha quedado un poco forzada, pero podemos admitirla para que la narración no se resienta. Tras ello, pasa a establecer la similitud de la humanidad con un bosque, en la que todos compartimos información, recursos, cooperamos, nos ayudamos, etc. La verdad es que esta parte del libro ha quedado muy bien, las semejanzas están bien llevadas y dan qué pensar. Además, establece una serie de datos (ampliados luego al final) de lo más curiosos. Por eso comenté antes que algunos de los símiles persona/árbol pueda estar un poco forzada, los admitimos para poder llegar a este conjunto humanidad/bosque.

Es un libro con poco texto, pero que la verdad se nos antoja que, en realidad, no precisa más, sobre todo por el preciosista lenguaje (pero a la par que sencillo). La gran baza son las ilustraciones, preciosas, muy coloridas y casi siempre a doble página; hay un desplegable doble de 4 páginas, 4 de ellas con una ilustración cuyo texto declara que lejos de sus hábitats los árboles migrantes son vulnerables y en su anverso las 4 cuatro ilustran la fortaleza de estar juntos. Me ha gustado mucho cómo se ha resuelto esa dicotomía de soledad/compañía en esas 8 páginas; precioso.

Finalmente, tras la nota de la autora sobre el porqué de la obra, en la que da alguno de los datos que comentaba más arriba y que son sumamente curiosos (como, por ejemplo, la WWW, Wood Wide Web, una especie de "internet" del bosque, información que comparten los árboles mediante las redes de hongos que vinculan sus raíces), nos ofrece cinco formas de ayudar a salvar a los árboles (sé un árbol), y una serie de ideas para colaborar con el entorno (sé un bosque).

Además, en la parte interior de las portadas y contraportadas vienen una serie de ilustraciones de hojas, ramas, frutos, etc, de diferentes árboles, interesante para reconocerlos.

En resumen, interesante, didáctico, con sentido crítico y de la responsabilidad; y, aunque en principio esté catalogado como libro ilustrado para edades de 6 a 8 años, no estaría nada mal que algunos adultos le echaran un buen vistazo.

J. Javier Arnau