Anika entre libros

¡muérdeme!

Ficha realizada por: Patricia Rubiera
¡muérdeme!

Título: ¡muérdeme!
Título Original: (bite me, 2010)
Autor: Christopher Moore
Editorial: La Factoría de Ideas


Copyright: © Christopher Moore, 2010
© La Factoría de Ideas, 2011
Traducción de Lorenzo F. Díaz Buendía
1ª Edición, Noviembre 2011 ISBN: 9788498006674
Etiquetas: autores comedia escritores estadounidenses felinos gatos género negro gótica gótico humor literatura americana literatura estadounidense literatura norteamericana mascotas norteamericanos policiaca policiaco vampiros

Argumento:


Abby Normal, adolescente, gótica, rebelde y aspirante a vampira se convierte en señora sustituta de la noche en San Francisco tras un desgraciado (e intencionado) percance con sus amos chupasangre. Durante su reinado tendrá que enfrentarse a la policía, a su madre, su repelente hermana pequeña, y a un gatazo vampiro que ayudado por otros mininos está sembrando el terror entre los bajos fondos de la ciudad. Para su ¿suerte?, Abby no se encuentra sola ante estos problemas: su novio Steve “Perro” Fu y su mejor amigo Jared la ayudarán en lo que puedan… con catastróficos resultados, por supuesto.

Opinión:


¿Vampiras señoras de la oscuridad que visten a la última, estudiantes de bioquímica con toques ninja que harían palidecer a los protagonistas de Matrix, gays manifiestos y orgullosos de ser unas locazas de tomo y lomo, policías con menos luces que el coche de los Picapiedra, perros cazavampiros, Emperadores borrachines, vampiros ancianos y promiscuos, un gato vampiro que tiene el tamaño de un niño de ocho años, y una adolescente gótica, salidorra, fashion victim, vampira en ciernes que parafrasea a los clásicos añadiendo el toque sexual que le viene en gana? Sólo Christopher Moore es capaz de reunir semejante galería de despropósitos y transformarlo todo en una novela desternillante, brillante y políticamente incorrecta.
 
Recuperando personajes que ya conocíamos de “La sanguijuela de mi niña” y “¡Chúpate esa!”, “¡Muérdeme!” es un sátira delirante sobre el mundo de la noche en la ciudad en la que todos pasan desapercibidos aunque vayan en ropa interior por la calle, conjugando a la perfección ese otro mundo de la noche: el de las criaturas vampíricas. Es esta fusión de ambos mundos lo que hacen de la novela un inteligente juego de luces y sombras, en la que el glamour brilla por su ausencia, las situaciones rocambolescas se suceden sin descanso y, curiosamente, nos parecen reales como la vida misma porque el mundo de los no-muertos es igual de caótico, complejo y anodino que el de los vivos haciendo válido el dicho de que la realidad supera a la ficción. Una vez más Moore demuestra su ingenio a la hora de ironizar con temas que rozan lo escabroso en nuestra sociedad y que revisionados con dosis ingentes de humor esconden una feroz crítica al sistema, la sociedad y sus clases, los preceptos establecidos y el egocentrismo del ser humano, no se podía esperar otra cosa del autor que zombificó las navidades y nos contó de la manera más divertidamente irreverente los años perdidos de la vida de Jesucristo en “Cordero”. Entre tanto desvarío alegre subyace una mirada, sarcástica en ocasiones, a la deshumanización que cada vez más puebla nuestro mundo, siendo capaces de mirar hacia otro lado siempre y cuando la amenaza no se cierne sobre nosotros directamente.

Pero si algo destaca por encima de toda la trama es su heroína: Abby Normal es un personaje absolutamente desquiciado y desquiciante, hija de su tiempo, estereotipo de estereotipos, que se comporta como un pendón verbenero porque es lo que se espera de ella pero que consciente de que ella no es eso ni muchísimo menos, le suelta un mamporro al primero que insinúe que es una zorrita con humos; tras capas de maquillaje gótico, botas de diseño, ropa provocativa y ceñida, procacidad ensayada y falta de inteligencia muy estudiada, se esconde una adolescente que busca su lugar en el mundo… o en el otro mundo, encajar aunque sea a golpes de lengua viperina y mucha, muchísima mala uva.
 
El estilo narrativo es ya un sello del escritor, fresco, brillante, ágil, lleno de dobles sentidos y metáforas tronchantes, plagado de diálogos aparentemente para besugos que se transforman en inteligentes ironías llenas de mordacidad, aunque no llega a alcanzar las cotas de ambigüedad manejadas por Terry Pratchett, le sigue muy de cerca y se convierte en el único escritor americano capaz de reírse de todo y de todos utilizando los medios que la mediocridad humana le proporciona. “¡Muérdeme!” es, además de una crítica, un alegato al amor libre en todas sus formas, en el que hay que tomarse con humor las imposibles relaciones entre humanos, vampiros y animales que pululan en la nocturnidad de sus páginas, que si bien no llegan a ser ofensivas, pueden herir sensibilidades en personas carentes de sentido del humor, sin embargo, el lector que lo posea disfrutará de momentos para reírse a mandíbula batiente hasta el punto final de la obra. 
 
¡Muérdeme!” es un bocado jugoso, hábil, descarado y desenfadado, una vuelta de tuerca al mundo de los vampiros y al que le viene al pelo eso de “antes no-muerta que sencilla” (estoy parafraseando, como Abby), un mordisco irónico que no deja indiferente a nadie.
 
Patricia Rubiera

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