¡Indignaos!
Título: ¡Indignaos!
Título Original: (Indignez-vous!, 2010)
Autores: Stéphane Hessel, José Luis Sampedro
Editorial:
Destino
Colección: Imago Mundi
Copyright:
© Indigène Éditions, 2010
© Prólogo de José Luis Sampedro
© Traducción de Telmo Moreno Lanaspa
© Ediciones Destino, S.A.
ISBN: 9788423344710
Tapa: Blanda
Etiquetas: derechos humanos política crisis financiera
Nº de páginas: 64
Argumento:
En el 2010, Stéphane Hessel, uno de los firmantes
de la Declaración de Derechos Humanos además de superviviente del
holocausto, publicó unas pocas páginas llamando la atención de los
franceses sobre la pasividad de sus ciudadanos ante las injusticias
del país (y del mundo) consiguiendo convertir este pequeño librito
en un auténtico best-seller.
Este libro, "¡Indignaos!" se ha publicado en España con un
prólogo de José Luis Sampedro.
Opinión:
Si Stéphane
Hessel era el autor, José Luis Sampedro "tenía" que
ser el prologuista, pues lo que tenemos aquí es la voz de un sabio
(por edad y por experiencias vividas) y el apoyo de otro sabio,
Sampedro. Creo que la voz de cualquier otro apoyando a Hessel no
habría tenido la misma importancia ni la misma fuerza que la de
Sampedro, y eso que el prólogo es cortito. Al parecer el autor
español ha querido que sea Hessel quien llegue hasta nosotros sin
quitarle la palabra, aunque sí añade algún punto que para él
debería estar incluido en el alegato de Hessel.
Es una auténtica pena que haya tenido que salir un libro para
concienciar a la gente y hacerla reflexionar, pero bienvenido sea
si consigue algo. Los que llevamos años concienciados, leyendo a Hessel tenemos la impresión de que
no hemos gritado en vano ni estamos solos. Hay más gente, con más
voz, con más importancia y más sabiduría que ha gritado a los
cuatro vientos que estamos siendo culpables porque no estamos
luchando. Pero Hessel no llama a las armas en estas páginas, lo que
él pide es la pura indignación por lo que vivimos, una motivación
para conseguir avanzar hacia un mundo mejor sin mancharnos las
manos, con pacifismo absoluto.
Todo lo que nos ha llevado hasta esta situación (el consumismo, el
capitalismo viciado, la corrupción, la falta de derechos humanos,
la invasión de Bush...) pasa por estas pocas líneas. A Hessel se le ve muy preocupado en
particular por el asunto de los palestinos. No me quiero pronunciar
al respecto porque en un principio da la impresión de que justifica
el terrorismo palestino y yo para estas cosas soy muy crítica, sin
embargo luego dice e insiste en que el terrorismo está mal y aunque
debemos comprenderlo, no hay que apoyarlo. Y es que Hessel no nos
habla de Historia, de culturas, de religión... va directo a los
hechos y es escueto en sus manifiestos. Por tanto, este es un libro
para leer y releer, para pensar en él, para reflexionar, indignarse
y responder.
Pocas personas me merecen la confianza que se necesita para creer
en sus buenas intenciones. Sólo conozco un político que rechazó el
sueldo vitalicio en España (Julio Anguita, el único en quien se
puede confiar de todo el aparato político español teniendo en
cuenta que ahí demostró que sí pensaba en el pueblo, y no en su
bolsillo) y precisamente un acto del estilo hizo el propio Hessel abandonando su puesto en
las Naciones Unidas cuando se percató de que allí sólo aumentaban
los funcionarios buscando llenarse los bolsillos. Sólo por eso se
sabe que es una buena persona. Los actos demuestran quién es quién.
Hessel vale la pena, y su libro busca tu indignación. Indígnate,
demos un paso adelante.
Anika Lillo
Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com
Comentario de los lectores:
Si te gustó este libro, también te puede interesar...
- El último cuaderno José Saramago Alfaguara
- El tenis como experiencia religiosa David Foster Wallace Literatura Random House
- Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce Paul B. Preciado Anagrama
- Ciudadanos en la nueva España Agapito Maestre Stella Maris
- Cuestiones candentes Margaret Atwood Salamandra